lunes, 30 de noviembre de 2015

Rosas, Alberdi e Ibarguren





"El liberalismo como hábito de respetar el disentimiento de los otros ejercido en nuestra contra, es cosa que no cabe en la cabeza de un liberal argentino. El disidente, es enemigo; la disidencia de opinión, es guerra, hostilidad que autoriza la represión y la muerte" (Juan Bautista Alberdi, Escritos Póstumos).

"Rosas y la República Argentina, son dos entidades que se suponen mutuamente: él es lo que es, por ser argentino; su elevación supone la de su país; el temple de su voluntad, la firmeza de su genio, la energía de su inteligencia” (Juan Bautista Alberdi, La República Argentina treinta y siete años después de la Revolución de Mayo).

"Es necesario desengañarse de una vez con esa falsa fusión con ciertos partidos, sugerida y propagada con astucia por las logias, para adormecer a los federales, que no conocen todo el fundo de perversidad y obstinación de que están poseídos nuestros enemigos. Es muy triste y degradante que el crédito de la República y la reputación de sus hijos más ilustres esté a merced de los caprichos y perversidad de ambulantes aventureros que, sin dar la cara, tienen libertad para ultrajar y difamar impunemente" (Juan Manuel de Rosas).

“Sin historia no hay patria. Por cuanto no es factible inventar el «futuro maravilloso» de los pueblos olvidando el pasado de los mismos. Las naciones sin pasado cierto son conglomerados humanos cosmopolitas, incapaces de reaccionar o de resistir la menor crisis que conmueva el destino solidario de cualquier sociedad sana […] No bastan, pues, las ideologías a contrapelo de nuestros auténticos valores primigenios. Y mucho menos bastan las plataformas demagógicas y revolucionarias de los partidos en vísperas de competitivas campañas electorales […] Entretanto,a los estafadores políticos: ¡Desobediencia debida y punto final!” (Federico Ibarguren).


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