Hace más de dos décadas que la Guerra Fría terminó, pero parece que EE.UU. sigue teniendo por adversario a países como Rusia y China. Según varios expertos, esta enemistad se debe a que ni Moscú ni Pekín comparten el neocolonialismo occidental.
"No hay duda de que Rusia y China tienen la condición de paria a ojos de la élite imperial de EE.UU.", escribe el analista John V. Walsh en el portal de noticias The Unz Review, lamentando que en los últimos meses, debido a la crisis en Ucrania, el planeta observe cómo EE.UU. trata de "destrozar" a Rusia a punta de sanciones infundadas.
El analista recuerda que hace poco Barack Obama recorrió Asia con el objetivo de "tratar de hilvanar en el Pacífico occidental una alianza militar y económica en contra de China, con Japón como pieza clave". "Llama la atención que EE.UU. se haya aliado con el neonazismo en Ucrania y el militarismo japonés en el otro lado de Asia", puntualiza.
Walsh recuerda que "en el mundo posterior a la Guerra Fría la dominación de Occidente tomó forma de acción militar" con la participación directa de EE.UU. desarrollando un "imperio de bases" y "la subversión de Gobiernos desafiantes". Esta táctica —dice Walsh— es justamente la que no comparten naciones como Rusia, China o Irán.
'Imperialismo humanitario'
Walsh recuerda que tanto Rusia como China han sufrido grandes cambios en su política interior en los últimos años y que no da la impresión de que estén interesados en llevar a cabo una "cruzada anticapitalista". Asimismo, Walsh subraya que los lazos que mantiene Irán con Rusia hacen que Washington lo tenga también en la mira. "¿Pero por qué estos países, especialmente Rusia y China, siguen siendo los enemigos de Occidente?", se pregunta.
Según el analista, este enigma puede encontrar respuesta en una sugerencia que Jean Bricmont hace en su obra 'Imperialismo humanitario'. Bricmont observa que la batalla contra el neocolonialismo occidental está lejos de terminar mientras la mayor parte del mundo siga sujeta a la dominación total o parcial por parte de Occidente.
En ese sentido, en una entrevista con el canal iraní Press TV, el analista estadounidense Allen Roland sostuvo que "el problema real es que EE.UU. está muy preocupado con el desarrollo de los vínculos económicos entre Rusia y China que amenazan la política neocolonial de EE.UU.". Allen sostiene que el temor de Washington tiene nombre y se llama BRICS. "Los países BRICS se están convirtiendo en una amenaza real para los Estados Unidos", concluye el experto.
Cabe recordar que este miércoles Rusia y China firmaron un histórico acuerdo de suministro de gas que, según el analista político estadounidense Dimitri Simes, demuestra los errores de cálculo político de la Casa Blanca.
Fuente: RT
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